He recibido satisfactoriamente la respuesta que solicité al IFAI por escrito, una respuesta que a diferencia de las anteriores solicitudes que telefónicamente realicé, es concreta, clara y contundente.
Desgraciadamente, lo preocupante que se desprende de dicha respuesta es que, al parecer, ningún funcionario de gobierno tiene ni idea de cuándo me contratarán, ni siquiera si me contratarán o no; lo cual ha venido a agravar el ya crónico estado de insomnio casi permanente en el que me encuentro.
Por otra parte, y en vista al completo estado de inactividad que guarda mi solicitud para ser Agente Federal de Migración, a manera de destierro o falsa justificación, en su irremediable respuesta el INAMI me han cambiado la idea de que si trabajaba en otro lugar perdería mi lugar como candidato para laborar en esa Institución.
En vista de que no saben si podrán no contratarme, me dan permiso de ganarme el sustento diario en otro lugar, con la castrante condición de que cuando ellos dispongan, yo me presente en el lugar y en el momento establecido, como todo buen vasallo del gobierno.
Al iniciar este demasiado prometedor proyecto, debo decirlo, tenía amplias esperanzas de trabajar y de poner el máximo desempeño en ello, sin embargo, conforme pasan los días y las horas, mi gran entusiasmo sufre amputaciones irreparables, de forma que pronostico que cuando reciba el célebre correo en donde resulte agraciado con alguna contratación, yo me convierta en otro funcionario burócrata más del Instituto Nacional de Migración. Quizá mis ideales hayan sufrido tales daños que incluso entre a su ya conocida mafia de comercio de sexoservidoras centroamericanas.
Ultimadamente, las noticias que estoy recibiendo del gobierno no son tan buenas como las sumas de impuestos que declaré por mis salarios del ejercicio fiscal anterior y por la tenencia de mi automóvil; aún así y para mi sorpresa, sigo dudando entre anular mi voto o votar por mí mismo en las próximas elecciones, seguiré esperando algún cambio benévolo en los próximos días.
Como el arroz huérfano, eso es no tener madre.