Cancùn Q.R.
A los 26 dìas del mes de noviembre de 2009
Por Esteban Sànchez
Hoy por hoy, el negocio del tráfico y la trata de personas es más rentable que el negocio del narcotrafico, por lo tanto es comprensible que el crimen organizado se incline a explotar con mayor énfasis al "fenómeno migratorio", el cual, ha quedado completamente abandonado por parte de los Gobiernos de la Federación y de los Estados.
En esta problemática, el Instituto Nacional de Migración juega un papel minúsculo e incompetente pues su actuación refleja un completo desconocimiento de la gravedad del problema.
La sociedad, de igual forma, es indiferente y solo actúa en razón de la afectación que le producen los efectos colaterales, producto del gran negocio del tráfico de personas.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos poco o nada ha logrado resolver con su pobre actuación que se limita solo a lo que se refiere a los inmigrantes que ya se encuentran en custodia de las autoridades migratorias, dejando de lado a todos aquellas personas que se encuentran transitando en las periferias de las ciudades, así como en la oscuridad del desconocimiento humano. Pienso que, efectivamente, estamos ante una verdadera crisis humanitaria.
El presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa ha declarado que, en lo que resta del sexenio que preside, la erradicación de la pobreza será la prioridad número uno de su gobierno; sin embargo, cómo podemos verdaderamente acabar con un flagelo como lo es la pobreza sin atender antes a los cientos de miles de pobres que siguen llegando de manera indocumentada por nuestra frontera sur.
La migración es un suceso humano que no es posible frenar ni detener, constuir un muro como el que ha levantado Estados Unidos en su frontera con México es solo una forma ingenua de gastar varios millones de dólares y no es una respuesta civilizada.
Creo que podemos empezar considerando que sería más sano que nuestro gobierno emitiera un permiso migración temporal a todo aquél centro o sudamericano que desee pasar por nuestro país con el objeto de llegar a los Estados Unidos, de manera que las autoridades mexicanas tengan completo control sobre todas las personas extranjeras que se encuentren en territorio nacional y de igual forma se respeten los derechos humanos de aquellos que solo buscan un mejor porvenir.